CREER ES CREAR!

De repente, si creo en Dios, existe. Y si alguien a mi lado no cree en Dios, no existe, en su mundo, tan legítimo como el mío. Yo creo que, en cuanto a creer en Dios, tal vez se haya focalizado mayormente en la segunda parte de la cuestión, Dios. Creando así cientos de guerras y disputas en busca de certezas, en lugar de creer conveniente poner el foco en la primer parte del asunto, creer.
Posiblemente se hubiera creado gran incertidumbre, dado que no mucha gente cree que el verbo creer encierre mayores misterios. Yo en cambio creo que el verbo creer guarda una relación de equivalencia con el verbo crear, sobre todo cuando se conjugan en primera persona, yo creo.
Yo creo, que tanto creer como crear se asemejan, en lo fáctico, al verbo hacer e incluso al verbo nacer, pero no quiero crear mas confusión creyendo más cosas sobre estas dos palabras, que también difieren en una letra.
En fin, yo creo, que cuando creo algo, lo creo.

Juan Germán Fernández.

jueves, 2 de junio de 2011

Cuántas callecitas, tantos cordones amigos.

Plaza Italia mostraba un paisaje inédito sin lugar a dudas. Desierto. La Plata pasaba de ser una gran ciudad a ser un gran pueblo de un día para el otro.
Mis pies empezaron a llevarme al rededor de la plaza, Ramiro avanzaba a mi izquierda:

- "Vamos caminando?"
- Sí, como quieras vos Rama. El día no se puede decir que sea lindo, pero la temperatura casi invernal es la ideal para caminar... que raro esto, no hay nadie en la calle.

- "Y si, se fueron todos".
- Obvio, soy conciente de eso, pero durante mi vida diaria recorro muy seguido estas calles y estoy acostumbrado a algo totalmente distinto. Algo más caótico por decir algo.


Minutos después de eso ya me había tomado el Ibuprofeno y nos acercabamos cada vez más al Virgen del Pilar... Comentábamos cada casa que veíamos, cada obra en construcción, cada edificio. Mi mano izquierda hacía la señal de la cruz en mi cuerpo y unos metros más adelante ya veíamos la infraestructura del colegio.
- Que raro esto, pensar que dentro de diez años voy a pasar por acá y voy a decir que viví quince años allá adentro. Quizás no, pero quien sabe. Y este pelado de mierda con esa esquina monopolizó todo. Igual, mirá si nos habremos reído acá, caminando, sentados, de cualquier manera.
- "La de veces que caminamos estas calles, incontables"
- Sí, todo séptimo y todo octavo teníamos el mismo recorrido para volver, sexto no me acuerdo.
- "Sexto íbamos a la tarde Nico, veníamos caminando, no volvíamos."
- Tenes razón, en sexto yo te pasaba a buscar, recién ahora me acuerdo. Después cuando nos volvíamos, que le teníamos miedo a la 17, siempre se venía toda una horda de negros. Me robaron el celular de Lucas, te acordas?
- "Si jajaja. Igual, me gustaría mucho volver a esos años"
- Eramos dos pendejos, no nos hacíamos problemas por nada y vivíamos boludeando... Qué mas podemos pedir? Fueron los mejores años.
- "Fuera de joda eh, dos pendejos. Yo ya cumplo 17, no lo puedo creer todavía".
- Yo 16, y tampoco. Todavía me puedo acordar que en primaria miraba a los que iban al polimodal y pensaba que estaría muy bueno tener esa edad. Ya la tengo y la estoy por tener y sinceramente no es gran cosa. Pero si, es increíble.
Bajaba la mirada, me veia el calzado, el jean, la camisa que ni siquiera el saco podia cubrir completamente. Un ex alumno y un alumno de ese colegio, que volvían a recorrer juntos las mismas calles que hace tres años atrás uno debió empezar a caminarlas solo. Nostálgico ese momento, cantidad de recuerdos, risas, llantos que dejamos en esa esquina. Pero la conversación nos dejó en la 19.
- "Sabés que estoy pensando que los cigarrillos los tendrían que vender a $50".
- Me dolería.
- "No fumarías".
Quizá Ramiro tenga razón...
- La 32 está intacta eh.
- "Si, y pensar que dentro de poco ya no voy a caminar más por acá".
- Cierto, y tenés idea que micro te dejá allá en tu casa nueva?
- "No boludo, tengo que averiguar".
- Llegamos, yo sigo para casa.
- "Dale Nico, cuidate, saludos a la familia".
- A la tuya también, nos vemos mañana.

Y así los dos hermanos que viven en distintas casas continuaron su camino: uno adentrándoce en los monoblocks, otro caminando, todavía le faltaba un kilómetro. Quizá si hubiéramos sido hermanos de sangre seríamos más distintos.
Seguía mirando el piso, ya no quería caminar más; pero seguí, continué el camino másicando las melodías de El Arriero.
"Y prendido a la magia de los caminos, el arriero va..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario