
El gran desafío de toda persona es interpretar el lenguaje como algo que nos acompaña las veinticuatro horas del día durante toda la vida. Si no prestamos atención al lenguaje, se deteriora, y si no prestásemos atención a las emociones no seríamos humanos. La condición humana está marcada por la palabra, las emociones, el cuerpo...
CREER ES CREAR!
De repente, si creo en Dios, existe. Y si alguien a mi lado no cree en Dios, no existe, en su mundo, tan legítimo como el mío. Yo creo que, en cuanto a creer en Dios, tal vez se haya focalizado mayormente en la segunda parte de la cuestión, Dios. Creando así cientos de guerras y disputas en busca de certezas, en lugar de creer conveniente poner el foco en la primer parte del asunto, creer.
Posiblemente se hubiera creado gran incertidumbre, dado que no mucha gente cree que el verbo creer encierre mayores misterios. Yo en cambio creo que el verbo creer guarda una relación de equivalencia con el verbo crear, sobre todo cuando se conjugan en primera persona, yo creo.
Yo creo, que tanto creer como crear se asemejan, en lo fáctico, al verbo hacer e incluso al verbo nacer, pero no quiero crear mas confusión creyendo más cosas sobre estas dos palabras, que también difieren en una letra.
En fin, yo creo, que cuando creo algo, lo creo.
Juan Germán Fernández.
lunes, 27 de junio de 2011
armar de nuevo,
Estos días en los que no estuve frecuentando las teclas fueron una mentira, un engaño natural de la mente humana que obliga a creer que todo está bien cuando la realidad a nuestro alrededor indica todo lo contrario; SI! Estoy mal... Novedoso? Para nada. Por mencionar algo definitivamente inmediato: River descendió ayer y estaba feliz, miraba el diario y me reía... Para qué? Si las calles siguen siendo exactamente las mismas, la gente que veo diariamente es la misma, la vida no cambia en nada. En qué me afecta eso? En nada, en haber disfrutado un día...
Hace dos sábados, al mediodía, dejaba el teléfono en el lugar que le corresponde y me tiré un rato en el piso: las lágrimas no tardaron en llegar. Un rato después de eso estaba sentado en una mesa de Floyd con dos amigos, una jarra de cerveza, un cenicero y dos atados de puchos. En qué me afecta en eso? En nada, en haber disfrutado y haberme hecho mierda al mismo tiempo.
Le di la espalda a la realidad y ella me está golpeando; no salí a flote en ningún momento. Estoy encallado como barco en arena.
Recordaba hace ya unos días una frase durante una entrevista periodística, no recuerdo a que persona, pero ejemplificaba brevemente mi momento; era algo así:
Periodista: ¿Pensás que tocaron fondo?
Entrevistado: No, no conocemos el fondo todavía.
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