CREER ES CREAR!

De repente, si creo en Dios, existe. Y si alguien a mi lado no cree en Dios, no existe, en su mundo, tan legítimo como el mío. Yo creo que, en cuanto a creer en Dios, tal vez se haya focalizado mayormente en la segunda parte de la cuestión, Dios. Creando así cientos de guerras y disputas en busca de certezas, en lugar de creer conveniente poner el foco en la primer parte del asunto, creer.
Posiblemente se hubiera creado gran incertidumbre, dado que no mucha gente cree que el verbo creer encierre mayores misterios. Yo en cambio creo que el verbo creer guarda una relación de equivalencia con el verbo crear, sobre todo cuando se conjugan en primera persona, yo creo.
Yo creo, que tanto creer como crear se asemejan, en lo fáctico, al verbo hacer e incluso al verbo nacer, pero no quiero crear mas confusión creyendo más cosas sobre estas dos palabras, que también difieren en una letra.
En fin, yo creo, que cuando creo algo, lo creo.

Juan Germán Fernández.

lunes, 23 de mayo de 2011

American Way, bien al sur.

Globalización: Mc Donald's acá, Burger King a menos de cincuenta metros. La linea de productos de Coca-Cola y PepsiCo invaden quioscos, invaden restaurantes y locales de comidas rápidas. Nike se encarga de vestir a todas las personas que recorren las calles céntricas los días viernes. Subway, orientado a un nivel más ejecutivo te hará sentir como un trabajador neoyorquino que sale de su oficina a por un rápido sándwiche para luego volver a sentarse tras su escritorio. Así, creo que podíamos enumerar muchas más.
Olor a sangre estadounidense en Argentina, en La Plata para ser un poco más específico. ¿Pensaste que el American Way nunca nos atraparía?
En una primera instancia pensaba que las multinacionales solo se encargaban de trascender la frontera política de su país, ofreciendo sus productos en otros ampliando de esta manera el mercado de los otros países. Es decir, eso es lo que hacen las multinacionales. Pero este fenómeno, que va de la mano con la globalización, produce a largo plazo otro fenómeno llamado aculturación.
De tanto responder con exceso de demanda ante las ofertas extranjeras vamos adquiriendo cada vez un poco más parte de su cultura. Llegamos al punto de que ya no comemos magdalenas, comemos Muffin's, Steakhouse, Angus Deluxe; andamos en Skate; jugamos con el Jostick a la Play Station; pedimos Delivery; vamos a pubs; consumimos productos light; tenemos Tops Models; libros Best Seller; hay bandas Under; autos con Airbag; Body Piercing; ropa "Fashion"; Drugstores; bicicletas Mountain Bike. ¿Qué más falta?
Nos acostumbramos, por decirlo vulgarmente, a sus películas, a sus series, que nos muestran algo totalmente distinto a nuestra realidad y en cierto punto nos retroalimentamos de eso. En muchas de sus películas y series podemos apreciar la aparición de algunas empresas que lograron trascender los límites de su país, y queramos a aceptarlo o no es algo que influye; como también influye mucho la publicidad. Ese es un aspecto que mucha gente niega, grupo en el que a veces me incluyo, pero de alguna manera caemos. Hay gente que estudia para atraparte con nimiedades, los publicistas.
¿Alguna vez se preguntaron por qué las empresas argentinas o latinoamericanas nunca pudieron lograr prosperidad? Yo si. Muchas veces (y con razón) se lo atribuimos a las malas gestiones políticas. Obviamente, hay razón al hacerlo, no soy un gran entendido en política, pero hubo malas gestiones, hubo mucha privatización pero... ¿Nuestro ego nos impide asumir nuestra parte de la responsabilidad en este caso?. Reitero, hay razón en delegar la responsabilidad a la gente que mueve los hilos de las naciones, pero nosotros, los perros y las ovejas (la sociedad) también cumplimos un papel fundamental en el sistema. Elegimos las multinacionales, elegimos las franquicias, no gusta comer en Mc Donald's, nos gusta tomar Coca-Cola, nos gusta vestirnos de Nike (reitero que todo por citar grandes multinacionales, se podrían enumerar cientos), y todo esto ya se nos hace costumbre. Algunos podrán retrucar diciendo que hoy en día prácticamente lo nacional no existe (literalmente) y yo tendría que borrar todo lo escrito hasta ahora e irme. Pero alguna vez existió, y si ahora no existe fue por nosotros (me incluyo, obvio, es una autocrítica a mi mismo) que nunca le dimos importancia y seguimos consumiendo lo ajeno, dándole riquezas a grandes potencias, acrecentando cada vez más la linea que separa la clase media de la alta, logrando que a cada día el nivel medio de la sociedad se reduzca. Si seguimos así vamos a terminar como México donde hay gente que tiene todo y gente que no tiene absolutamente nada. Entonces ¿Después vamos a quejarnos de la gran dependencia económica que tenemos? Minimamente, con nuestros actos (por más ínfimos que sean) alimentamos poco a poco la dependencia. Podemos decir que uno no es nada, pero si todos pensamos lo mismo somos más de 40.000.000 (cuarenta millones) de argentinos alimentando el capital externo y no el interno.
Obviamente, si lo que consumimos nos parece bueno y de calidad sigamoslo consumiendo, sigamos siendo dependientes (económicamente) de las potencias capitalistas mundiales. Así es el capitalismo, así es su máximo exponente (así es Estados Unidos). Y recordemos, un peón jamás se comerá a un rey, pero la masa puede derrocar hasta a el más poderoso del mundo; pero eso sí, jamás si se hace negocios con el enemigo.

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