La imagen positiva que permanecerá inalterable al paso del tiempo será la de Palermo, con los brazos abiertos, metidos en esa camiseta azul, recibiendo el afecto de todos.Aquellas lágrimas sudafricanas, las de Palermo, son las mismas de hoy. Salvo para el mundo River, otra vez víctima de este prócer, el resto tiene que haberse conmovido por este nuevo milagro. Es Martín Palermo, el goleador con números de otros tiempos, que ya se empezó a ir. Quedan cuatro o cinco partidos, según lo que pase con Gimnasia y Guillermo. Todavía hay tiempo para pedirle más.

El gran desafío de toda persona es interpretar el lenguaje como algo que nos acompaña las veinticuatro horas del día durante toda la vida. Si no prestamos atención al lenguaje, se deteriora, y si no prestásemos atención a las emociones no seríamos humanos. La condición humana está marcada por la palabra, las emociones, el cuerpo...
CREER ES CREAR!
De repente, si creo en Dios, existe. Y si alguien a mi lado no cree en Dios, no existe, en su mundo, tan legítimo como el mío. Yo creo que, en cuanto a creer en Dios, tal vez se haya focalizado mayormente en la segunda parte de la cuestión, Dios. Creando así cientos de guerras y disputas en busca de certezas, en lugar de creer conveniente poner el foco en la primer parte del asunto, creer.
Posiblemente se hubiera creado gran incertidumbre, dado que no mucha gente cree que el verbo creer encierre mayores misterios. Yo en cambio creo que el verbo creer guarda una relación de equivalencia con el verbo crear, sobre todo cuando se conjugan en primera persona, yo creo.
Yo creo, que tanto creer como crear se asemejan, en lo fáctico, al verbo hacer e incluso al verbo nacer, pero no quiero crear mas confusión creyendo más cosas sobre estas dos palabras, que también difieren en una letra.
En fin, yo creo, que cuando creo algo, lo creo.
Juan Germán Fernández.
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