CREER ES CREAR!

De repente, si creo en Dios, existe. Y si alguien a mi lado no cree en Dios, no existe, en su mundo, tan legítimo como el mío. Yo creo que, en cuanto a creer en Dios, tal vez se haya focalizado mayormente en la segunda parte de la cuestión, Dios. Creando así cientos de guerras y disputas en busca de certezas, en lugar de creer conveniente poner el foco en la primer parte del asunto, creer.
Posiblemente se hubiera creado gran incertidumbre, dado que no mucha gente cree que el verbo creer encierre mayores misterios. Yo en cambio creo que el verbo creer guarda una relación de equivalencia con el verbo crear, sobre todo cuando se conjugan en primera persona, yo creo.
Yo creo, que tanto creer como crear se asemejan, en lo fáctico, al verbo hacer e incluso al verbo nacer, pero no quiero crear mas confusión creyendo más cosas sobre estas dos palabras, que también difieren en una letra.
En fin, yo creo, que cuando creo algo, lo creo.

Juan Germán Fernández.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Mitología Griega.

Borrador del día Domino 15 de Mayo, Año 2011: Boca Juniors 2 - 0 Riv(B)er Plate. La Bombonera.

Dedicado a: Martín Palermo.

¿Qué más, Martín? ¿Qué más? ¿No era acaso lo de hoy tu último deseo? ¿No te despidió la Bombonera con ese fervor, esa emoción y ese temblor de las tardes únicas, como aquella noche copera del 2000? ¿No era ayer el cierre ideal, redondo, justo contra River, con gol y victoria en el último como en tu primer superclásico en el Monumental, allá por el 97? ¿No era hoy, después de sufrir la última sequía de tu carrera, el adiós perfecto, ahora en racha goleadora, en confirmación de vigencia, con abrazo a Falcioni, con abrazo a Riquelme (después de tantas idas y vueltas), con una ovación inolvidable? ¿No era hoy el final de fantasía para una película cada vez más real? Lo de hoy era para retirarse, Martín. Si no fue el Mundial, tu último sueño antes de este último sueño. Si no fuese ese gol a Grecia que gritó todo el país. Si no fue después de vivir lo que ya no pensabas que ibas a vivir, era hoy. La realidad es que ni el partido con Banfield en la Bombonera, por la fecha 18ª o la última en La Plata, con Gimnasia (encima con los reparos de esa situación incómoda que está viviendo tu amigo Guillermo y su equipo), van a tener la adrenalina, la carga emotiva, la sensación a flor de piel en el hincha que provoca un clásico. Podrán existir más carteles, más mensajes, más cotillón. Podrá ser una fiesta preparada, bien vestida. Pero de ocasión. Podrán venir más gritos, dos, tres, cinco. Pero ayer, Palermo, hiciste el último gol que todos los hinchas de Boca querían que hicieras. ¿Qué más?

La imagen positiva que permanecerá inalterable al paso del tiempo será la de Palermo, con los brazos abiertos, metidos en esa camiseta azul, recibiendo el afecto de todos.Aquellas lágrimas sudafricanas, las de Palermo, son las mismas de hoy. Salvo para el mundo River, otra vez víctima de este prócer, el resto tiene que haberse conmovido por este nuevo milagro. Es Martín Palermo, el goleador con números de otros tiempos, que ya se empezó a ir. Quedan cuatro o cinco partidos, según lo que pase con Gimnasia y Guillermo. Todavía hay tiempo para pedirle más.

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