El problema de Estudiantes no consiste en que se fuera uno de los mejores técnicos del fútbol argentino, sino que tiene como ídolo a una persona que quiere hacer o deshacer las cosas como le plazca; a su antojo; que habla más de lo que juega, que tuvo problemas con Batistuta, Sorín, y Almeyda, que se distanció de Simeone, que traicionó a Calderón, que produjo la renuncia de Sensini (dijo que se iba porque Verón le armaba el equipo), que se enojó con Palermo porque metió un gol y no fue para atrás contra el Pincha, que mandó a hablar a su padre para criticar a Maradona después del Mundial y que salió a decir que Sabella le debe dar las gracias a los jugadores por ganar lo que ganó.
Todos sabemos que los que salen victoriosos o derrotados son los que están adentro de la cancha, pero los directores técnicos ayudan, algunos más y otros menos; y en este caso Sabella fue muy importante en el rendimiento de Estudiantes. Le ganó a River 4 a 0 cuando Verón se borró, y ante Arsenal sale esa misma persona y quien lo reemplaza mete dos goles que le dan el campeonato a Estudiantes. Pero en la foto siempre va a estar él. Los hinchas Pinchas están ciegos, no ven lo mismo que el resto: Verón no resta, pero tampoco suma, divide.
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