V

El dos mil once es raro. No se si raro, simplemente es distinto, porque por ahí es normal y yo lo veo raro porque simplemente no estoy acostumbrado a cambios en mi. Hace un año, hace dos, en fechas como estas era todo expectativa, si comprar carpeta, chomba nueva, cuadernos, pensar en que "éste año sí, me voy a poner las pilas". Y no, 2011 no fue así, fue decir "no tengo ganas", fue decir que no pienso invertir en nada para el colegio de acá a terminar, y eso es raro en mi.

No es lindo padecer insomnio, y lo viví anoche, dando vueltas entre las sabanas hasta pasadas la una de la madrugada, y más tarde la alarma del celular me encontró casi sin ganas de nada. Con la cabeza en otro lado. Nunca acostumbré a desayunar, pero hoy lo intenté... Hubiera intentado tendría que decir, porque el tiempo corre y no llegué ni a agarrar la taza. No, tuve solamente 600 segundos para vestirme, acomodarme un poco el pelo, ordenar algunas cosas y subir al auto.

Y al rato, en la intersección entre las calles 15 y 33 me resigné a que era el día, que había que pisar otra vez el piso más agridulce que conozco. Después de toda una ceremonia en la cual me di cuenta que ni siquiera los alumnos de escuelas privadas respetan el Himno Nacional (con el cual es imposible que no me emocione), unas palabras del Padre y otras varias hipocresías soltadas por la Directora (que en la primera situación en la cual no se respete lo que dijo se lo voy a informar) cada curso de la Secundaria Superior se dirigió a sus respectivos salones.

Es inexplicable mi desconformidad con el salón que nos asignaron, habitualmente utilizado para dictar materias extra programáticas ya que es el menos ventilado, más apartado, más chico y el que menos ventiladores tiene. Pero a partir de hoy será nuestro espacio de trabajo diario.

Sorprendentes materias nos han tocado este año: Micro y Macro Economía, Bioética, Política y Sociedad, Derecho, entre otras (no tengo muchas ganas de buscar el horario), también llamativas las ausencias de Física, Biología y Salud.

Tediosas las dos horas seguidas con la nueva profesora de Sistema de Información Contable, pasable la de Empresas y linda la de Historia con mi querida profesora Morgada, rara la de Formación Religiosa con el siempre impredecible profesor, uno de esos tipos que nunca se sabe con qué te va a salir, o cómo va a reaccionar. GAL: I MISS SIT DOWN WITH YOU, mucho,mucho, mucho, ya te lo dije hoy...

Una vez pasadas las hoy aburridas horas contables, muerto de calor, sed y hambre, los pies me conducieron hacia la siempre muy transitada avenida 13, a practicar un poco de batería, ese instrumento que tanto me gusta desde los seis años y sigo tocando aunque hoy me incline más por el bajo (el cual tarde o temprano voy a empezar a aprender, ese es mi objetivo).

Después de aclimatarme un poco practicando algo de coordinación, empezamos con melodías y variaciones de bombo, tengo que admitir que salió mejor de lo que esperaba, mucho mejor de lo que esperaba y me gané un par de tareas para el lunes... No es entretenido practicar usando el pad, ese pedazo de goma negra que lo único que tiene es rebote, pero bueno, es lo que hay.

La travesía sigue en el centro, la parte más calurosa de mi día, todo por los amigos que se cambian de colegio, LUCAS VOLVE!: TE EXTRAÑO EN EL PILAR, MIS RECREOS SON UN ASCO. Como siempre nosotros adquirimos música, y hoy fue el turno de Pink Floyd The Wall: Live in Earls Court, el único DVD de Pink Floyd recreando su extraordinaria obra conceptual en directo (Roger Waters también sacó DVD con The Wall, pero no se compara con Pink Floyd).

Después de saltear varios muchos detalles puedo decir que volví a casa, muy cansado, con sueño y con hambre (no almorcé nada).

No quiero ver mañana, es lo único que puedo decir.