Las agujas del reloj daban las 1:39AM y Nico estaba preparado para adentrarse en la cama. A vista, ese conjunto de frazadas lo tentaban intensamente luego de un día (como todos) agotador. Sintió el frió de los primeros contactos, el cual lo hizo estremecerse un poco, pero casi sin notarlo sus ojos se cerraron involuntariamente sumiéndolo en los más profundos sueños.
Se encontraba caminando, era una de esas calles que comúnmente estarían llenas de gente, agobiadas de autos y contaminadas de ruidos urbanos. Pero ese día no, estaba desierta, ni gente, ni autos, ni ruidos, solo el silencio. El sol, la paz y Nico caminando sobre la desierta avenida. Se estaba aproximando a una plaza, de esas circulares que suelen encontrarse en la ciudad; la zona estaba rodeada de varias montañas de hormigón y metal de primera clase, pero aún así todo seguía desierto, no había niños ni estudiantes en la céntrica plaza.
No se sentía cansado, aunque no sabía a dónde se dirigía sabía que podía caminar sin dificultades algunos kilómetros más. Ignoró eso y decidió sentarse en uno de los bancos de la plaza ubicado frente a una de los dos fuentes. No poseía consigo nada, ni celular ni plata, pero aún así tenía algunos cigarrillos y su cabeza puso la música, pero todo se vio interrumpido en un instante.
Estaba divisando una figura, ¿era humana?. A lo lejos se distinguía algo moviéndose, algo estaba realizado el mismo recorrido que él ya había realizado previamente hacia la plaza. ¿Acaso serían los únicos dos seres vivos esa tarde en la ciudad?
Observó fijamente a la figura que cada vez se hacía más nítida hasta que pudo distinguir claramente (y con mucha sorpresa) a Adri que cruzaba la plaza ignorando su persona. Él habló con un tono de voz bajo, el cual fue escuchado por Adri, que se quedó paralizada un instante al ver quién era la persona que le llamaba.
Se fue acercando, ya con una leve sonrisa en los labios. Mientras ella se aproximaba la mente de Nico procesaba a toda velocidad: ese cuerpo que supo abrazar durante semanas le provocaban algo de nostalgia; su cara, esos ojos, esos labios, su pelo... Como si la perfección de esa cara fueran un puro reflejo del alma que poseía ese cuerpo.
La metodología aplicada a la hora de saludarse fue muy confusa por parte de ambos, él cerró sus ojos e inclinó su cuerpo hacia adelante sin rotar su cara en ningún momento, sintiendo un leve rose con las comisuras de sus labios. Esa confusión le otorgó un poco más de confusión a la situación, en la cual N le señaló el banco que había ocupado a modo de invitación a que ella también descanse un poco.
N se sentó a su lado y no le dirigió la palabra, solo se limitaba de mirar de reojo a esa hermosa cara que permitía ver un dejo de extrañeza, casi rozando la preocupación. Cuando por fin logró sacarse algún nervio de encima preguntó confiado:
-¿Pasa algo? Te veo algo extraña. -
-Vos. Solo es eso. Yo también percibo una extrañeza en tu cara, tu semblante ha cambiado, no es el mismo de antes, y tus ojos... Aparentan estar bien, pero puedo notar un dejo de tristeza en esa mirada, no es la misma que hace unos meses. -dijo ella.
En ese momento sus ojos se cruzaron, ella miraba como tratando de encontrar algo más en los ojos de Nico mientras que él, con solo mirarla, sentía como crecía exponencialmente el significado de esa cara; como se elevaba la hermosura de sus ojos, de sus labios, de su suave piel, de su pelo, de ese cuerpo que supo abrazar varias semanas.
-Veo deseo, me deseas. No aceptas haberme perdido, no lo superas. Sientes amor; sientes que amas lo que para vos es el reflejo de mi alma, sientes que amas mi cuerpo, mi cara. Pero realmente lo que sientes es amor por una ilusión, amor por atributos que tu mismo me diste; amor por algo que no soy. Amor por algo que tu mismo creaste desde el momento en el que nos dejamos, algo que creaste maximizando mi persona. -completó Adri, dejándolo sin reacción.
Se empezó a sentir mareado, como si esas palabras hubieran sido un cachetazo en el momento menos esperado, un golpe de knock out. Una lágrima comenzó a bajar por su mejilla.
-No quiero que llores, se que es dificil, también lo fue para mi. Eso que tu mismo creaste habla bien de vos, habla de lo poco rencoroso que eres, que a pesar de todo decidiste seguirme queriendo. Pero llegó la hora de que cambies eso. No me preguntes cómo lo se, simplemente lo encuentro en tu cara, en tus ojos. Tu mirada. -decía ella, dejando ver algo de desesperación en su voz.
Él se levantó, caminó a pasos agigantados hacía en árbol en particular, el cual contempló unos momentos antes de echarse al pasto a su lado. Adri lo miraba atentamente, hasta que se decidió y se dirigió hacia él.
-Conque este árbol... Creo poder recordarlo, fue... -
-Una tarde de Diciembre, si. -completó Nico -Vinimos aquí y pasamos la tarde entera a la sombra de sus hojas, una de las primeras veces que salimos juntos. -
Sin mirarla se levantó del suelo, volvió a observar el árbol, acarició su corteza al tiempo que cerraba el puño de la otra mano la cual levantó y...
Se encontró mirando el techo de su casa, a su derecha Cami dormía muy tranquila y a su izquierda el reloj marcaba las 5:41AM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario